Las semillas y el dinero

Si fuéramos agricultores, las semillas tendrían una importancia básica en nuestra vida. Nos importaría la calidad de las semillas que tenemos y la cantidad. Las semillas tendrían gran valor porque de ellas depende una buena cosecha. Buscaríamos sembrarlas en la mejor tierra posible. En la más fértil. Lo haríamos en la época del año más propicia para ello. En fin, cuidaríamos todos los factores posibles para que los frutos que se nos dieran fueran de mucha calidad. Saber dónde, cuándo y cuánto se vuelve relevante.

Si somos buenos agricultores al final de la cosecha guardaríamos las semillas de mayor calidad para la próxima siembra. En los viñedos franceses cuidan en extremo las plantas que consideran como la Raíz Madre. Es más no la tiene a la vista. En algunos casos está guardada en un lugar alejado al viñedo. Es como la formula de la Coca-Cola, muy pocos saben donde está. Lo hacen porque saben que aunque el viñedo se queme totalmente, o por alguna razón se destruya, ésta pequeña planta les ayudara a empezar de nuevo. Quien haya visto la película » Beso Francés», con Meg Ryan, sabrá de qué hablo. La trama completa se basa en una pequeña plantita de éstas que les platico. En otra película, «Un Paseo por las Nubes», la desgracia del incendio que ocurre en el viñedo se hace menor cuando se dan cuenta que se salvó la Raíz Madre. Espero las hallan visto para estar en contexto.

Hasta aquí se preguntaran ¿Qué tiene que ver todo esto con el dinero? Mucho. Si aprendemos a ver el dinero como semillas, sabremos algo muy valioso para nuestra vida. Si gastamos el dinero en algo que no tiene un valor, o no nos devuelve algo de valor, pues lo estaremos sembrando en tierra mala. Si sólo nos dedicamos a gastarlo tal como nos llega, estaremos desperdiciando nuestras semillas. Las estaremos tirando sin preocuparnos por nuestra Planta Madre o nuestras Semillas Base.
Si el dinero lo equiparamos a las semillas estaremos aprendiendo a invertirlo. Siempre buscaremos donde nos pueda dar los mejores frutos, donde exista el menor riesgo de perderse la cosecha. Buscaremos la mejor tierra para sembrar. Lo haremos cuando sea el mejor tiempo para hacerlo. Buscaremos saber cuál es la cantidad ideal para obtener frutos. Le procuraríamos los nutrientes necesarios para que crezca mejor. En fin, nos preocuparemos de más factores a la hora de deshacernos de él. No tomariamos decisiones tan a ligera y mucho menos por impulso.
Invertir es similar a sembrar. Un agricultor es un inversionista de semillas. Una inversión es algo que crece y con el tiempo da más frutos. Obtenemos algo de él después de sembrarlo. Si usamos estas dos analogías debemos vernos cómo inversionistas del dinero que generamos.
En ocasiones creemos que ser inversionista es cosa de millonarios. No lo vemos como algo a nuestro alcance. No es tan difícil aprender a serlo. Sólo tenemos que aprender en cuál tierra es mejor sembrar, cuándo es mejor hacerlo y que cantidad sembrar. La tierra es el instrumento donde elegimos poner nuestro dinero a crecer.
Aprender cuándo hacerlo es muy importante. Saber cuánto tiempo debemos esperar para que dé frutos y madure, es vital. La paciencia es clave. Mario Borghino, en su libro «El Arte de Hacer Dinero», menciona que la mayoría de las personas no saben «hacer dinero con el dinero». No importa si son pobres o tienen » megasueldos» o «megaingresos». La situación económica no importa. Lo importante es cómo nos percibimos nosotros. Como trabajadores simplemente o como empresarios inversionistas. La diferencia es mucha.
Recomienda aprender la profesión de inversionista.Pude ser fácil, si vemos este nuevo aprendizaje como un hobbie. Lo hará placentero. Lo podemos comparar con aprender un nuevo idioma. Las clases se hacen amenas cuando aprendemos algo por gusto, como por ejemplo tocar guitarra, clases de cocina. En fin lo importante es hacerlo divertido. Empecemos dedicándole un par de horas a la semana. El esfuerzo no es tanto y el beneficio muy grande. Lo veremos como algo divertido.
Hacer crecer dinero será un reto y no una obligación. Aprender a diferenciar muy bien un gasto de una inversión es básico. Un gasto es algo que ya no vuelve. Una inversión es algo que nos devolverá algo en algún momento. Entender esas diferencias básicas, nos ayudará a tener una visión diferente del dinero.
Cuando estemos pensando en gastar en algo nuestro dinero es importante preguntarnos si es un gasto o una inversión. Debemos saber si nos va a regresar algo de lo que estamos gastando, aunque sea de otra forma. Invertir en una buena educación, por ejemplo, nos da ganancias de otro tipo, no necesariamente económicas, aunque también lo puede hacer. Las semillas sembradas nos darán un fruto diferente. Una buena inversión conserva el valor del dinero en el tiempo. Ésta es otra de las pequeñas cosas que he aprendido con el tiempo y que me ha sido de utilidad.
Por cuestiones de espacio, y para no aburrirlos, no profundizo sobre los lugares donde es mejor sembrar, dependiendo de las necesidades de cada quien. La próxima semana compartiré con ustedes algunos de esos buenos lugares donde se pueden sembrar y sobre qué debe tener una buena inversión. Como siempre, espero que estas pequeñas ideas sean de gran utilidad para ustedes. Espero su retroalimentación.