¿Existen seguros malos?

Existen profesiones que pueden ser muy molestas para las personas. Una de ellas puede ser la de agente de seguros. Hay momentos en que se puede volver un ser indeseable, más si busca venderte un seguro de vida que ni necesitas. Al menos eso es lo que tú piensas.  Si llega a insistir un poco es probable que te convenza de tomar la decisión de finalmente contratar la póliza para, de una vez por todas quitártelo de encima. Y así sucede, después de que le compraste el seguro no lo volviste a ver hasta que finalmente llegó el momento de pagar la póliza de nuevo. Decides pagar de nuevo para no verlo un años más. Así lo has hecho durante cinco años.

Un buen día decides revisar la póliza y hay cosas  que no entiendes y quieres que alguien te las explique pero no le hablas a tu agente. Decides consultarlo con compañeros de la oficina que tienen seguros. Unos te dicen que su póliza es mejor y más barata. Cuando les preguntas por qué no te dicen bien pero te recomiendan con su agente para que te ayude. Pides una cita con él y al revisar tu póliza te dice que es una mala póliza  que pudiste comprar una mejor, con más rendimiento y es la de su compañía y te ofrece vendertela. Te sientes mal porque  no esperabas que te dijera eso y menos el comprar otra póliza. Sientes un poco de presión de su parte, y pena porque  te dedicó su tiempo.

No sabes qué pensar de los agentes de seguros. Hoy tienes dos pólizas que compraste por presión y son un gasto importante cada año. A pesar de los pesares las sigues pagando y no sabes por qué. Lo supiste ese día que fuiste al doctor con un dolor en el lado derecho de tus costillas y después de mandarte a hacer estudios te dijo que la cosa podría ser algo más serio. No se quería adelantar hasta tener los resultados de los estudios. Finalmente cuando los tuvo te llamó y te dijo que fueras a verlo. No esperabas la noticia pero sabías que podía ser algo no tan bueno. Tenias razón. El doctor habló algo y te dijo algo que no entendiste muy bien y sólo escuchaste las palabras “Usted tiene cáncer…”, después de eso todo fue muy rápido.

No lo podías creer. No sólo no podías creer la noticia de tener cáncer sino que el médico te dijo que estabas en fase terminal. Todo eso te pareció salido de una película de terror. Después de unos días, y de acomodar un poco las ideas, decides avisarle a tu familia. No sabes qué vas a hacer. Más bien sí lo sabes pero no quieres que a tu familia, y sobre todo a tus hijos, les caiga tan de peso la noticia. En tu trabajo tienes IMSS y un seguro de gastos médicos mayores. Decides usarlos para dar batalla a esta cosa que te dijo el doctor que tienes.

Ya en pleno tratamiento y un día que estabas en tu casa recibes la llamada de uno de los agentes de seguros que te vendió la póliza. Te llama porque debes pagar un año más. Le dices que no vas a poder porque llevas un mes sin trabajar por el tratamiento y tus gastos se han elevando un poco. Le cuentas un poco de la historia y él te dice “No se preocupe por el dinero, su póliza le puede dar un adelanto de la suma por la que se aseguró” No puedes creer lo que escuchas. Ese seguro que compraste hace más de dos años te va a dar los recursos que hoy te hacen falta. te parece algo increíble, como salido de otra película. Le comentas que tienes otra póliza y él mismo te ayuda a solicitar ese adelanto de la suma asegurada debido a la enfermedad terminal que te fue diagnosticada. Entre ambas pólizas te entregaron $1 millón 250 mil pesos como adelanto de tu suma. Piensas usarlo para tu tratamiento y ese viaje que siempre quisiste hacer con tu familia y otra parte para seguir pagando tus pólizas

Hasta que te llamó el agente para cobrar tu  seguro supiste el verdadero alcance que tenía y, sobre todo, agradeciste que alguna vez hace algunos años te hubieran presionado para contratarlas. lo sé porque me lo dijiste personalmente el día que me llamaste para contarme tu caso y el porque sentías que la labor de los agentes de seguros es muchas veces incomprendida. Sobre todo porque muchas personas a se resisten a tener un seguro y no lo harían sin la presión que ejercen algunos de mis colegas. También supiste que ese seguro de vida que alguien te dijo que era malo fue el que más dinero te dio de adelanto.

Hoy eres una persona tan convencida de los beneficios de los seguros que no pierdes la oportunidad para platicarle a toda tu familia y sobre todo a tus amigos de la oficina. Ya hasta te hacen burla porque dicen que pareces vendedor de seguros y te preguntan que si ya cambiaste de profesión. Sólo sabes que quieres platicarle a todos de lo bueno que puede ser tener un seguro de vida “Aunque sea malo” porque quieres que todos tengan la tranquilidad financiera que tu tienes hoy. Esa tranquilidad de saber que si pierdes la batalla contra esto tus hijos van a seguir recibiendo recursos. Tranquilidad que sientes de poder tener los recursos para seguir presentando batalla a esto y poder mantener la calidad de vida. Todos esperan que ganes. Yo entre ellos. Cuidate mucho y gracias por compartir conmigo tu historia.