La casa de tus sueños

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Puedo decir que soy un hombre afortunado porque vivo en la casa de mis sueños: aquella que yo escogí y construí para mi proyecto de vida, donde hago una vida en familia tranquila, donde crecen mis hijos, cerca de todo lo que necesito y que me ha ayudado personal y profesionalmente, pero ¿cómo llegué a ello?

Uno de los factores para lograr la casa de tus sueños es comenzar con un plan sobre el lugar donde quieren vivir. Parece obvio pero no lo es. Tienes qué definir qué quieres, en qué lugar y cuál es el precio máximo que estás dispuesto a pagar. ¿Casa o departamento? ¿en la zona centro o en la periferia? ¿cerca del trabajo o donde sea más barato? Todas esas preguntas hay que hacerse como punto de partida.

Es común que antes de que tengan el crédito, todos los lugares que visitas parecen perfectos: `aquí, aunque el barrio no sea tan bonito´, `este departamento es ideal, no importa que me quede lejos de mis clientes´ son frases comunes.

Sin embargo, cuando tienes una cantidad definida para el  terreno, pones los pies en la tierra y comienzas a evaluar la mejor opción. Te planteas si lo podrías seguir pagando y cuántos años tomaría liquidarlo, si el lugar puede tener plusvalía al largo plazo o si no queda muy retirado de avenidas o circuitos importantes.

En mi caso Autofin nos concedió el crédito. Aunque me ofrecieron créditos hipotecarios de tres bancos diferentes, me di a la tarea de compararlos y evaluarlos. La opción que elegí me fue razonablemente bien y los intereses no fueron tan altos.

Admito que tampoco fue a la primera, asistí a varias subastas esperando a que me tocara. Varias veces me fui sin el ansiado crédito y pensé si estaba haciendo algo mal. Esa vez me encontré a un señor que recién había recibido su crédito y me dio un consejo que quiero compartirte: «apuesta uno más que el más alto» es decir, si en la subasta uno ofrecía 11 mensualidades, yo debía ofrecer 12 y así sucesivamente, siempre y cuando conociera mi tope de gastos. Lo intenté a la siguiente subasta en la que solo habíamos tres personas y salí con mi crédito.

Pagué el terreno gracias al crédito, aunque obviamente no nos fuimos a vivir ahí de inmediato. Tuvimos que cuidar al máximo el gasto, pues por una parte había qué pagar las mensualidades y adelantarlas si era posible, pero por el otro lado teníamos qué empezar a construir, pues a la noticia de nuestro terreno se unía la de la llegada de nuestro primer hijo.

El secreto está en saberse organizar los gastos. Esta es una parte importantísima del plan. Debes hacer sacrificios con tal de disfrutar los resultados a largo plazo. Vendimos el coche, adiós por un rato a las salidas al cine o a las cenas de aniversario: todo se iba a nuestro proyecto de la casa. Al cabo de cinco años, terminamos la primera planta, que incluía lo necesario: habitaciones, sala-comedor y mi estudio. Poco después, terminamos la segunda planta, con el objetivo de que fuera un espacio para la familia.

Por supuesto, esto no termina para esa casa. Espero en un futuro añadirle un tercer piso. Por ideas no paramos.

 

Publicado en Metros Cúbicos, el 1 de julio de 2014.