Debo confesarles que acabo de descubrir algo que me ha dado una pena enorme. No sé cómo decirlo. Es un error básico que me había prometido no volver a cometer. Confieso mi pecado: en los últimos artículos, podcast, vídeos, en twitter, en Facebook. En fin, en todos los lugares donde he hablado del tema de los Seguros. He hablado y hablado de por qué sí se deben contratar tal o cual Plan, de sus beneficios, de ciertos planes. ¡Bla-bla-bla-bla!. Aun así no te he hablado de lo que a ti realmente te interesa. Cómo ellos, los Seguros, te pueden ayudar o servir. Ese es mi pecado. Me he olvidado de lo que a ti te interesa y en lo que realmente te puede ayudar tenerlos. ¿Cómo espero crear un interés en ti si te hablo de lo mismo que todos? y ¿Te hablo poco o nada de lo que ti en realidad te interesa o te preocupa? Eso no es congruente conmigo porque estoy fallando a lo que pregono. Enfocar el tema en las cosas que te preocupan y cómo ayudarte a resolverlas.
A partir de hoy me enfocaré más en ti y tus preocupaciones y menos en los productos. Dedicaré, como hasta ahora, gran parte de mi tiempo en conocer a fondo los Seguros, pero dedicaré más tiempo a decirte cosas que te interesen y preocupen a ti. A cómo ellos, los Seguros, pueden resolverte preocupaciones y brindarte paz. Me enfocaré más en conocerte, escucharte más y ayudarte a resolver tus problemas. A partir de hoy tú y tus preocupaciones respecto al tema son el centro de mis “discursos” sobre cualquier tema de Seguros. Sólo te pido un gran favor, sino es así como me estoy comprometiendo ahora contigo házmelo saber. Exígeme sin miramientos que cumpla mi palabra. Te lo pido porque busco hacer las cosas diferentes. Busco mover algo en ti que te motive, que te mueva a la acción y al mismo tiempo que me comprometa a dar un Servicio de Primer Mundo.
¿Qué te preocupa?