Lo que me enseñó la crisis
Por Roberto Morán/editor de la revista Dinero Inteligente (Grupo Editorial Expansión)
Blog: El Camino Amarillo
Si a los árboles les calculan la edad por los anillos del tronco, pareciera que a los mexicanos se nos notan los años por el número de crisis que hemos vivido. Es cierto que ésta última no fue exactamente nuestra culpa (buen consuelo), pero también es verdad que sí dependía de nosotros lo vulnerables o protegidos que estábamos para su llegada.
Porque ¿qué crees? La de 2008-2009 no será la última crisis. Lo bueno es que nos enseñó algo para las siguientes. Aquí hay cuatro lecciones:
- Ya, empieza a tener dónde caerte muerto. No es que te recomiende comprar algún terreno a perpetuidad, pero cuando llegan las crisis deberías sentirte respaldado. Y tu familia tiene derecho a que haya un colchón en el cual caer. Alguna vez perdí mi empleo y creo que lo peor fue no haber tenido algo de dinero guardado para sobrevivir más allá de los tres meses de liquidación. Repite conmigo: “hoy voy a empezar mi fondo de emergencia”. Así puedes invertir con más tranquilidad, porque sabes que puedes equivocarte. Puedes disfrutar más de tu vida, porque sabes que no dependes por completo del humor en que se levante tu jefe. Puedes, puedes. La cosa es que quieras. Hay algunas instituciones, como Fóndika o MasFondos, que te descuentan de la nómina una cantidad determinada cada quincena. Así ni siquiera le sufres a la hora de aportar. Puedes ver más información de fondos en la página www.cnnexpansion.com
- Invierte. Es probable que tengas algún dinero guardado. Si eres como la mayoría de los mexicanos que logran ahorrar, tendrás el dinero en algo muy conservador. Gran ventaja: puedes ver tu dinero cada vez que se te ocurra. Gran desventaja: puedes disponer de él casi siempre, y eso se convierte en una gran tentación. Y, para empeorar las cosas, el dinero “a la vista” no genera rendimientos. Está bien que tu fondo de emergencia esté en inversiones conservadoras, pero también debes invertir en algo con más riesgo (un fondo de inversión en la Bolsa, no la última ocurrencia de tu primo o tu cuñado), que pueda generar rendimientos en el largo plazo.
- Revisa tus inversiones. Muy bien, ya estás invirtiendo en un fondo. Pero asegúrate de que alguien en tu banco o en tu distribuidora de fondos de inversión te ayude a sacar ventaja. O a protegerte en caso de que tu inversión empiece a caer, y a caer. No se trata de que salgas corriendo de la Bolsa de valores cuando empiecen las caídas en el mercado, pero sí de que tengas inversiones balanceadas. De que tu dinero no esté todo metido en un solo fondo. Te cuento mi experiencia. Cuando empezó todo esto, tenía dinero en un fondo agresivo que invertía en acciones en la Bolsa de Valores. Me di cuenta de que hay que conservar el equilibrio, pero no vender tus inversiones en deuda para entrar a la Bolsa, algo que recomienda el libro Your Money Ratios. Si quieres aumentar tu inversión en acciones, estaría bien que metieras dinero adicional a tu portafolio.
- Revisa tus seguros. El peor escenario es que la crisis reduzca tus ingresos y que tú no tengas cómo pagar por alguna enfermedad grave. Es mejor que tengas algo de antigüedad en un seguro de gastos médicos. Tampoco se trata de que pagues de más. Puedes empezar a hacer comparaciones en la página de Condusef. En esta liga está el registro de las tarifas de los seguros básicos: http://portalif.condusef.gob.mx/resba/
- No te claves en el trabajo. Apretar los dientes por la situación del país no te ayudará a conservar tu trabajo. Para épocas de crisis, es bueno haber tenido vida más allá de tu empleo, porque tendrás para dónde voltear en caso de que pierdas tu trabajo o de que necesites abrir un nuevo negocio. Sí, cumple con tu trabajo, pero no dejes de construir una red de seguridad: es decir, amigos y conocidos que podrán ayudarte para reconstruir tu carrera en caso de que una crisis te haga perder tu fuente de ingresos.