¡No te asegures!
Debido al primer aniversario del Blog, le pedí a mi amigos blogueros que me ayudaran a festejarlo, escribiendo algo para ustedes. Todos aceptaron. Hoy escribe para nosotros Adina Chelminsky, columnista del Periódico Excelsior, Escritora de varios libros, entre ellos Cabrona y Millonaria, escritora sobra Finanzas Personales y Economía.
Por: Adina Chelminsky
Blog: Cabrona y MIllonaria
Alto. Deja de leer cualquier página que te recomiende comprar seguros. No oigas a los que te recomiendan contar con estos instrumentillos financieros. Relájate y olvida el tema o, en el peor de los casos, postérgalo hasta mañana (después de todo tu y yo sabemos que ese “mañana” es como el de las dietas…nunca llega). Despreocúpate de este tema espinoso, que sólo confunde y quita tiempo y que además es complicado de entender. Lo mejor es vivir la vida desprotegido y a la merced de las circunstancias.
Jamás pienses en tu futuro ni en las cosas malas que pueden pasar. No vaya a ser que te “eches la sal”. Después de todo, uno tiene la vida, la seguridad y la suerte compradas. Eres joven y sano y siempre manejas con cuidado así es que la posibilidad de que algo malo te llegue a ocurrir es nula. En vez de comprar un seguro lo mejor es contratar un chamán que, de vez en vez, te haga una limpia para alejar la posibilidad de una enfermedad o un accidente o una muerte prematura. Ese es dinero bien gastado.
Los seguros son para gente aburrida, que en vez de divertirse en el presente se preocupa por el futuro ¡me cae que no tienen nada mejor que hacer! Para qué pensar en el mañana si lo importante es el hoy y, de cualquier forma, no podemos controlar nada de lo que pasa en la vida. En dado caso de que tengas que pagar una cuenta de hospital siempre puedes endeudarte, para eso están las tarjetas de crédito y los familiares. Además de que el vivir con la adrenalina de no saber cómo vas a pagar tus cuentas o cómo va a vivir tu familia en caso de que llegarás a faltar es muuuuy excitante.
Los seguros son para gente que no se preocupa por su familia, que en vez de gastar en comprarles cosas materiales que les den un enorme gusto momentáneo decide pagar la prima del seguro ¡qué desperdicio! Aunque la cantidad de la prima sea pequeña, todo dinero cuenta cuando se trata de quemarse el dinero en objetos de placer. Pobres, no saben lo que es agasajar a la familia. A la familia hay que agasajarla en vida… y ¿si mueres prematuramente o quedas incapacitado? ¡no te preocupes en lo más mínimo! De seguro alguien les echa una ayudadita. Lo más importante es que se van a acordar bien de ti porque les compraste muchas cosas innecesarias, el hecho que los hayas dejado desamparados va a ser secundario. En dado caso de que algo malo te llegara a ocurrir déjales el tema del dinero desatendido para que tengan algo para ocuparse la mente en los momentos de tristeza y angustia (en medio de la tragedia qué es una preocupación más). ¡Qué tus hijos menores de edad maduren y se ocupen de arreglar los complicados temas de la familia desde pequeños! ¡Así van a aprender!
Si ya tienes un seguro, no te preocupes. Hay solución a esta pesadilla. Primero que nada, jamás leas la letra pequeña (¡por algo es pequeña… para que no la leas!) es un rollo de puros detalles innecesarios. Para qué necesitas saber en que casos el seguro no aplica… lo peor que puede pasar es que en caso necesario uses el pretexto “es que yo no sabía” (acompañado de una carita de perro machucado) para que la compañía de seguros se apiade de ti. Es una técnica que no tiene pierde. Segundo, copia lo que hace tu vecino/amigo/cuñado. Los seguros son todos iguales para toda la gente. Es una tontería buscar un seguro a tu medida. Lo más rápido y lo más barato siempre es lo mejor, así hacemos las cosas los verdaderos machos: directo, al grano y con agallas. Es de “nenitas” dedicarle el tiempo a buscar el seguro más adecuado a tu vida y a tus necesidades particulares. Y por último, JAMÁS (y vuelvo a repetir JAMÁS) busques asesoría al comprar un seguro.
¿Qué saben estos asesores de seguros? Naaaaada. Tú eres más inteligente y más conocedor del tema que cualquier otra persona. ¿¡Qué tan difícil puede ser!? Buscar ayuda para encontrar el mejor plan a tu medida, que te de la certidumbre de estar bien protegido y tener una persona de carne y hueso que responda a tus preguntas, inquietudes y, en dado caso, te ayude … ¿Para qué? Tu solito puedes contratarlo por internet o por teléfono. Máximo pregúntale a tu chamán que es lo que recomienda. Aunque luego te arrepientas. Más vale lamentar que prevenir.
Jamás tengas un seguro, jamás pienses en lo malo de la vida, jamás pienses que la previsión sirve de algo. Jamás busques tranquilidad, busca sólo la comodidad de no hacer nada. Eso es vivir la vida al máximo.