La muerte no toca a la puerta, los seguros sí
El fin de semana recibiste una llamada donde te avisaron que tu mejor amigo del trabajo murió. Era muy joven y dejó dos hijos pequeños. Juan, de tres años y Andrea, de apenas un año. Te llamó su esposa porque sabía que era tu mejor amigo.
Por la noche se quedó dormido y en la mañana ya no despertó. El doctor dijo que sufrió un infarto mientras dormía. Ella está muy triste, llevaba casada con él siete años, pero lo conocía desde la preparatoria. Tú sabías que ella era el amor de su vida. La razón por la que te llama es para, además de avisarte, preguntarte si puedes ayudarla con algo de dinero para enfrentar los últimos gastos del sepelio. Leer más