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Cómo crear riqueza financiera en tu vida con seguros de ahorro

Imagen: TracyLeigh

Lograr la riqueza financiera en la vida no depende de la suerte. Es más probable que logres crear riqueza en tu vida ahorrando dos mil pesos mensuales por 20 años, en un instrumento de inversión, que invertir todo ese dinero en comprar billetes de lotería.  El tiempo es clave para que puedas hacer crecer el dinero. Es un factor que debes toma en cuenta y usar a tu favor para lograr tus objetivos financieros. Otro factor que se vuelve importante para ello encontrar el instrumento financiero que te facilite ahorrar. Está comprobado que los países que más ahorran tienen instrumentos financieros que le facilitan a las personas el ahorrar.

Los instrumentos que más ayudan son los que descuentan de forma automática una parte de su ingreso y al mismo tiempo generan rendimientos superiores a la inflación. El circulo perfecto. Debo decirte que México se considera dentro de los países en los que las personas ahorran menos. Unos dicen que es cuestión de poca cultura financiera, yo digo que es porque hay pocos instrumentos que motiven a las personas a ahorrar y que le ayuden de verdad a que su dinero crezca.

Afortunadamente en los últimos 15 años los seguros han evolucionado y se han convertido en esos instrumentos financieros que te facilitan el ahorro y pueden generarte guanacias muy atractivas. Primero eran los seguros de vida con ahorro, hoy son seguros de retiro con ahorro garantizado y también los seguros de retiro que permiten invertir. Sea cual sea tu objetivo a financiero a futuro, es un hecho que los seguros pueden ser una excelente opción ahorrar y hacer crecer tu dinero de forma importante.

Hoy, si ahorras tres mil pesos mensuales por 25 años en un seguro de inversión los puedes convertir en poco más de tres millones de pesos. Tus aportaciones puedes pedir que “te las quiten” de tu tarjeta de debito, de tu cuenta bancaria o tu tarjeta de crédito. Buscan facilitarte el camino para que los pretextos queden de lado. Hay también seguros que te garantizan tener un millón de dólares aportando sólo poco menos de la mitad.

Como puedes ver la riqueza de la noche a la mañana es probable, pero es mas probable que tengas riqueza en tu vida si hoy apartas una pequeña parte de tu ingreso y lo inviertes de forma inteligente durante algunos años. Sólo debes tener claro lo que quieres lograr y dar estar dispuesto a pagar el precio para lograrlo. Precio que puede ser más barato de lo que imaginas.

¿Quieres crear riqueza en tu vida por medio del ahorro constante? ¿No sabes por dónde empezar?  Acércate a nosotros recuerda que por medio de una sesión gratuita de una por skype podremos clarificar tus objetivos. Supongo, por mi experiencia, que puedo ayudarte pero eso no lo sabemos en realidad hasta platicar y conocernos. Contáctame  que de verdad será un gusto asesorarte.

Los seguros de retiro, una solución contra el insomnio

Imagen:aliwest44

Alejandro, un empresario de 43 años, casado y con 3 hijos, tenia meses sin poder dormir bien. No recordaba exactamente desde cuando. Le pasaba que justo antes de irse a dormir, sentado en la cama antes de acostarse, ya con la luz apagada, sentía en el pecho una preocupación. Una cosa parecida a un dolor. Le parecía raro porque hacia ejercicio regularmente y cuidaba su alimentación. Recordaba que eso le empezó a pasar cuando nació Romina su hija menor y que acababa de cumplir un año. Lo más raro es que no sabía bien por qué.

Fue a una revisión con su medico, se realizó análisis y todos salieron en niveles no sólo buenos sino excelentes. Su doctor le dijo que no podía estar en mejor estado de salud. Desde que se decidió bajar de peso y regresar al ejercicio, hacia ya casi tres años, su salud se había reforzado. Después de eso decidió investigar por que sentía eso antes de dormir y por qué se despertaba a las 4 ó 5 de la  mañana con una especie de preocupación. Por recomendación de un amigo decidió llevar una especie de “diario” y anotar ahí los miedos que se le vinieran a la mente para descubrir por qué se sentía así.

En una de esas noches escribió que sentía miedo de morir ahora que sus hijos estaban pequeños o de sufrir un accidente grave que ya no lo dejara seguir trabajando en su negocio. También le preocupaba “hacerse viejo” y no tener dinero. Todo esto me contó el día que hablé con él por primera vez. Leyendo este sitio es como supo lo que hacíamos y pensó que podíamos ayudarle. “Mi negocio va bien y creo que seguirá así unos años más, no tengo deudas pero no tengo nada ahorrado y eso me preocupa”. Sentía que si algo grave le pasaba no podría hacerle frente.

Nunca había tenido seguros de ningún tipo. Acaba de hacer el último pago del crédito para un terreno que usaría para  agrandar su negocio. Quería destinar ese pago ya programado para un plan integral de seguros para él y su familia. Buscaba ahorrar para su retiro, tener un seguro de vida, protegerse por invalidez y además gastos médicos para su familia. “No sé si se pueda todo en un solo seguro pero es lo que estoy buscando  ¿Qué me puedes recomendar?” me dijo. Todo en una misma póliza se puede excepto lo de gastos médicos, eso es por aparte, le mencione.

Cómo buen comerciante y empresario quería ver el seguro como un negocio. “Quiero que me de a ganar y que sea como un crédito que sólo tenga que pagarlo máximo 15 años” fue lo que dijo. La solución que le convenció fue un Seguro de Retiro a los 65 años donde sólo hacia 10 “pagos” o aportaciones por poco más de 30 mil dólares y garantizaba recibir 500 mil en un pago a su edad de retiro; Incluía un seguro de vida hasta los 65 años con protección de 1 millón de dólares, lo que le garantizaba un ingreso mensual a su familia de 3000 dólares por 20 años. Pudo contratar las clausulas de invalidez que le preocupaban.

La flexibilidad del seguro fue lo que más le llamó la atención porque pudimos “armarlo” de acuerdo a sus necesidades y posibilidades reales de pago. La aseguradora premió su excelente estado de salud con protección extra, sin costo, de 15% más de la que él contrató. Ahora se sentía tranquilo y sabía por qué era. El insomnio había desparecido y ahora podía dormir perfectamente. “Quién iba a decir que un seguro era la solución a mis medios, no lo puedo creer.» me comentó al final.

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En seguros de vida, papelito habla

“Ponerse en los zapatos de los asegurados” es algo así como mi mantra, lema o propuesta de valor para mis asegurados. Es la forma en que busco entenderlos para transmitirles mejor los beneficios de los seguros. Entender sus miedos, sus motivaciones y sus preocupaciones.  Debo reconocer que en ocasiones, por la rutina o el día a día, no me resulta tan fácil y hasta he de confesar que de repente lo olvido o no lo tengo tan fresco. Hay ocasiones en que algo sucede y me lo recuerda.

“Los seguros de vida sirven para cumplir promesas.” Esa fue la frase Que me vino  a la mente cuando estaba sentado en mi escritorio mirando la póliza renovada de uno de mis seguros de vida. Pensaba en mis hijos y las promesas que les he hecho en algún momento de su vida. De repente me encontraba del otro lado, del lado de ser asegurado, con todos esos temores que siente un padre de familia. Buscando tranquilidad en un papelito que dice que si muero, y no puedo estar más físicamente con mis hijos, sus planes de estudiar lo que quieran no se verán truncados. Sus planes de ser músicos y crear una banda no se detendrán por falta de dinero si su papá ya no está.

Las dudas que asaltan a un padre que ha rebasado los 40 años llegaron a mí. ¿Podré seguir saludable para ellos? ¿Y si me muero antes de verlos crecer y cumplir sus sueños? son sólo algunas de las preguntas que me hacia. Parece ser que a esa edad llega de golpe toda la conciencia de lo vulnerable que uno puede ser. Es justo cuando uno se hace más consciente de su propia salud. Tener hijos pequeños hace que los temores aumenten. Parece que la incertidumbre es la compañera ideal en esta situación. Estaba en los zapatos de un asegurado. Sin duda.

El sólo hecho de leer mi póliza, y los nuevos beneficios que la aseguradora me regalaba, por ser un cliente con antigüedad, hicieron que ese miedo fuera menor. “Al menos no se quedaran tan en la calle si me muero” fue el otro pensamiento que vino a mi. Los últimos días había estado pensando que me faltaba estar asegurado por más suma. Leer este papelito me hizo sentir una tranquilidad que me hacia falta, respecto al futuro de mi familia. Yo que he escrito que si es cursi contratar seguros de vida y que hacerlo es más bien un acto de amor, pude comprobar que sí lo es.

Hacer tangible los beneficios de los seguros resulta, en ocasiones, muy difícil. Dicen el dicho que “papelito habla” y hoy ese papelito a mi me decía tantas cosas buenas. Me hablaba del compromiso que tengo con mi familia y de que el plan de vuelo que hemos trazado no se vera muy afectado si yo ya no puedo estar en él. La importancia de un Fideicomiso vino a mi mente de nuevo. Cosas que sólo se ponen en un papel “por si algo pasa”. Esas cosas que uno no espera ni quiere que pasen pero que sí puede definir cómo le gustarían que fueran si ya no está. Una especie de Ultima Voluntad.

Es increíble que las cosas puestas en papel puedan brindar alguna tranquilidad. Hacer tangibles cosas que a veces sólo están en la mente como planes o proyectos. Pues debo confesarte que eso fue lo que me brindaron esos papeles que leí y estaban en forma de una póliza de seguro de vida. Sentí tranquilidad también porque el nivel de conciencia que he desarrollado n mi vida, respecto a los seguros, ha aumentado y se ha fortalecido. Agradezco su existencia y la tranquilidad que me permiten sentir respecto a mis planes futuros con la familia. “Bendito invento eso de los seguros” pensé finalmente.

¿Para qué sirve un seguro de vida? II

Una tarde recibí la llamada de Gerardo, quien en una visita a su oficina me preguntó ¿Para qué sirve un seguro de vida?,  me dijo que quería que tuviéramos una reunión en su casa. “Después de te vi en mi oficina me dejaste pensando, y ya hablé con Gabriela. Queremos ver si no puedes visitar en la casa el próximo sábado, para que nos expliques sobre los Fideicomisos y los seguros de vida” me dijo. Acordamos la visita para el siguiente sábado a las 10 de la mañana para acompañarlos en el desayuno.

Llegué a su casa a la hora acordada. Gerardo salió a recibirme. Me paso a su jardín que es donde desayunan. Estaban ahí su tres hijos, Diego de 8 años, Fernando de 7 y Ximena de 4. También estaba Gabriela, su esposa. “Gracias por venir que bueno que llegaste temprano, toma asiento para que nos acompañes” me dijo ella. Siempre es un honor que las familias me inviten a sus espacios íntimos en donde platican sobre sus planes y proyectos a futuro, como en qué universidad les gustaría estudiaran los hijos, a dónde les gustaría viajar y todas esos sueños que sólo se comparten en familia.

Gabriela Gerardo y tienen 35 años, se casaron hace 10. Se conocieron en la universidad. Desde que se casaron les había ido económicamente bien. Podían pagar todos los gastos de la familia sin problemas. No sobraba dinero para hacer un ahorro pero no faltaba para cumplir todos los compromisos mensuales. Las escuelas de sus hijos, la natación, las clases de piano, las de futbol y todos los gastos normales de la familia los podían cubrir sin problemas. A él le deban en su empresa la prestación del seguro de gastos médicos.

Gabriela decía “Los gastos mensuales de la familia no me preocupan, lo que me preocupa es que siento que estamos en una situación muy frágil, porque dependemos cien por ciento del ingreso de él y no hemos podido hacer un ahorro como un “colchón” que nos ayude si algo malo pasa” Prácticamente se gastaban todo el ingreso mensual de él. No tenían seguros de vida que les ayudaran a enfrentar financieramente una muerte de él o de ella.  Nunca los habían contratado porque Gabriel no creía que fueran necesarios. ¿Cuánto dinero necesita la familia cada mes para vivir así? les pregunté “Pues no sé, como unos 20 mil pesos, creo” me respondió él.

Les pedí una hoja de papel y un lápiz para que ahí anotaran en todo lo que gastan cada mes. La cuenta fue de 50 mil pesos. Después de sumar, y conocer el dato final, ambos hicieron una cara de espanto que he visto muchas veces cuando les pido hacer este ejercicio. Les pregunté que si sabían ese dato exacto. Respondieron que no y que les sorprendía el dato, pues nunca se habían dado a la tarea de conocerlo. Ambos se quedaron espantados y en silencio. Finalmente le pregunté a Gerardo qué si le gustaría que su familia siguiera igual si el muere. “Sí claro que sí, sólo que es mucho el dinero que se necesita para eso” Y si te invalidas totalmente ¿Qué pasaría? “Pues no sé, supongo que sería una desgracia”

La buena noticia es que existe una forma de solucionarlo y puede ser relativamente fácil, sólo requiere de hacer unos pequeños ajustes, les dije. Un seguro de vida que provea a un Fideicomiso puede ser lo mejor. Ambos sonrieron y me pidieron que si podía explicarles más detalles…

Por cuestiones de espacio te explicaré mañana cómo solucionamos la preocupación de una posiblemente muerte económica de Gerardo y una muerte prematura. Todo esto por medio de un fideicomiso y un seguro de vida. Espera mañana el siguiente post.

¿Para qué sirve un seguro de vida?

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces me han hecho esa pregunta. La ultima vez fue la semana pasada. Sentado en su oficina y con la mirada fija en la pantalla, sin voltear a verme, me suelta la pregunta. Gerardo me pide que le explique para qué sirven los seguros de vida. Lo visito porque su esposa Gabriela me pidió que lo hiciera. “Necesito que platiques con él porque nunca ha querido contratar un seguro de vida” me dijo ella. Cuando él me soltó la pregunta sólo le respondí que sirven para muchas cosas. Por un momento pensé en usar todas esas técnicas de venta que he aprendido en los cursos. Decidí que no. El asunto no se trataba de una “venta”. Era algo más profundo y me interesaba conocerlo.

“Ya sé que Gabriela te mandó y que te pidió me convencieras de contratar un seguro de vida. Olvídalo no lo voy a hacer” me dijo. Le comenté que sí estaba ahí porque ella me lo había pedido. Le pregunté si le molestaba. “No me molesta, la verdad es que me ha mandado a tantos agentes de seguros que ya estoy entrenado y no creo en los seguros” dijo. Me di cuenta que  él seguía hablándome sin dejar de mirar la pantalla de la computadora. Me levanté y le dije que me retiraba. Sorprendido volteo a verme y me dijo que porque me iba. En realidad no me interesaba convencerlo de las bondades y beneficios de tener un seguro de vida fue lo que le dije. Ni quería quitarle su tiempo.

En ese momento dejó de teclear en la computadora y me pidió que me sentara de nuevo. Me platicó que su papá había muerto cuando él tenía 10 años y non les había dejado nada. Con mucho esfuerzo él y sus tres hermanos estudiaron y salieron adelante muy bien. No veía como un problema para su familia el que él muriera. Diego, Fernando y Ximena, sus hijos, podrían salir adelante si él faltaba. Pensaba que no les haría mal y hasta podrían ayudarle a forjar su carácter. “Además no quiero valer más muerto que vivo, los voy a hacer ricos y les voy a resolver la vida Le dije que no contratara seguros de vida mejor que elaborará un Fideicomiso. “Y eso ¿Qué es?” preguntó. Un plan de vuelo, le respondí.

Un seguro de vida sirve, entre otras tantas cosas, para proveer de dinero a un Fideicomiso y de la forma más barata posible. Te permite proveer de recursos financieros a la familia en caso de muerte prematura. Un seguro de vida te puede dotar de un ingreso en caso de una invalidez total y permanente por accidente o enfermedad. ¿Qué pasa si no te mueres pero sufres una muerte económica? ¿Te gustaría ser una carga para Gabriela y tus hijos?  Eso es peor que una muerte física porque te convierte en un dependiente económico de la familia. Para evitarte eso y para muchas cosas más sirven los seguros de vida, le dije.

Sin darnos cuenta habían pasado casi dos horas. “Platícame más y dime como puedo comprarlo” me pidió. Le dije que no, que la reunión no era para venderle nada. Le pedí que si quería verme de nuevo debería ser en su casa y con Gabriela presente. Ese día te diré para qué más sirve un seguro de vida. Salí de su oficina rápido porque ya iba retrasado para visitar a un asegurado. A ti también te platicaré otro día más cosas para las que sirven estos seguros. Por hoy debo irme. Hasta luego.